domingo, 15 de febrero de 2009

Caricias Magicas



Las caricias comenzaban a ser impetuosas e insinuantes. Los dedos bailaban una danza pícara, enredándose en las ropas de los cuerpos que comenzaban a erizarse. La sangre se volvía loca enviando líquido a todo el cuerpo. Los poros de la piel no podían abrirse más para recibir los chispazos de los suaves roces de aquellas palmas que pretendían fundirse dentro de aquel mar de sensaciones.
Aquellas murallas defensivas fueron tumbadas abiertamente en el suelo, y pisadas sin contemplaciones por los ardientes deseos de conquistar los tesoros más profundos de los territorios del Deseo y del Amor. Fue una lucha encarnizada, cuerpo a cuerpo, todo valía… Por fin el Ariete tomó un papel principal, rompiendo sin contemplaciones la puerta que imponía una aparente prohibición a las riquezas de aquel cuerpo de fantasía.
El resultado de la batalla no dejaba duda de la cruenta lucha que se había desarrollado, líquidos por doquier bañaban los cuerpos de los combatientes. Una transitoria paz se hizo presente.
La Guerra aún no había acabado.

2 comentarios:

La Tentación dijo...

Los cuerpos tomaban nueva posición de combate, las caricias armas letales que no daban tregua, lenguas enredandose sin dar respiro, y la guerra apenas dando inicio.

La Tentación dijo...
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